🌟📦¡Envío GRATIS en zona metropolitana!🌟📦
- Oye amor, pero estuvo la raja, lo pasamos bacán, no entiendo por qué estái llorando
¿Te ha pasado alguna vez? (Ya sea que hayas sido la persona de las lágrimas o la que quedó cachuda). Bueno, te cuento que no es tan raro como creí.
Llorar después (o incluso durante) una sesión de placer es más común de lo que pensamos. Y es que el sexo no es solo cosa del cuerpo, también es un remezón emocional brígido, y el orgasmo, en particular, es como una explosión de emociones condensadas.
En términos médicos se le llama Disforia Sexual, pero en inglés hay un término que me encanta: "Crymaxing" (llorar + clímax). Se estima que al menos 1 de cada 2 personas lo va a experimentar al menos una vez en la vida.
A nivel químico, el orgasmo libera oxitocina y dopamina en el cuerpo, hormonas relacionadas con el amor, la conexión, la felicidad e incluso el dolor. Es como una bomba de sensaciones que te puede dejar pal gato.
Algunas personas lloran después de acabar porque, simplemente, necesitaban liberar algo que tenían guardado. Otras porque sintieron una conexión emocional brígida con su pareja. Y otras, derechamente, porque el placer las sobrepasa y las deja en otra.
Nada. Fluir, nomás. Si sentiste la necesidad de llorar, déjate llevar. No tienes por qué reprimirlo ni buscarle explicación. Si quieres compartirlo con tu pareja, bacán, y si no, también está bien. Lo importante es vivir la experiencia sin culpas.
Si sientes que el llanto está más ligado a sentimientos de culpa, angustia o tristeza que al placer, quizás sería bueno conversar con un especialista (psicólogo, sexólogo o terapeuta sexual). Lo mismo si sentís que está afectando tu disfrute y no lo puedes controlar.
Así que ya sabí. Si alguna vez te pasa, tranqui. Es más normal de lo que piensas. Y como en la vida, lo mejor que puedes hacer es soltar y dejarte llevar.